El 14 de mayo de 1939, a los 5 años, 7 meses y 21 días de edad, Lina Medina dio a luz a su primer hijo; así se convirtió en la madre más joven del mundo, título que aún ostenta.
Los habitantes del pequeño poblado de Antacacha, Huancavelica en Perú, donde Lina vivía, decían, ante la prominente barriga, que la niña tenía una culebra adentro y que el mal seguramente era causado por Apu, el espíritu de los Andes. Los chamanes no pudieron hacer nada para sacar la culebra.